miércoles, 5 de julio de 2017

Cuánto Dinero hay que tener en la Cuenta Corriente

Muchas veces, a la hora de gestionar nuestros ahorros, podemos tener dudas acerca de qué cantidad de dinero es la adecuada para tener como efectivo en nuestra cuenta corriente y cuántos de nuestros ahorros deben ser puestos a trabajar para que nos generen más dinero.

En ocasiones nos encontramos en el caso de que el efectivo disponible en nuestra cuenta es escaso, y otras veces ocurre lo contrario: tenemos un exceso de efectivo en nuestra cuenta corriente que está viendo como pierde valor por el efecto de la inflación, cuando podría estar invertido en algún producto financiero trabajando para nosotros.

En el artículo de hoy quiero hablarte de cómo realizar una correcta distribución de nuestro dinero para sacarle el máximo provecho y tener una economía personal y familiar lo más eficiente posible.


NECESIDADES A CORTO, MEDIO Y LARGO PLAZO


Lo primero que debemos tener claro para poder realizar una correcta distribución de nuestro dinero es qué necesidades financieras tenemos para el corto, medio y largo plazo, porque sólo sabiendo aquello que necesitamos cubrir sabremos qué porcentaje de nuestros ahorros tendremos que destinarle.

Necesidades a corto plazo

Por necesidades a corto plazo entendemos todas aquellas obligaciones financieras a las que deberemos hacer frente a dos años vista. Básicamente, en este tipo de necesidades nos encontramos con los gastos comunes de nuestro día a día,tal como el consumo, el pago de deudas ( hipotecas préstamos…) y demás.

Para tener bien cubiertas nuestras necesidades en este espacio temporal, debemos centrarnos en disponer de un efectivo suficiente y de un colchón de seguridad que nos permita hacer frente a nuestras obligaciones pero usándolo sólo en caso de extrema necesidad. Es decir, en el corto plazo haremos frente a nuestros gastos directamente con nuestros ingresos, lo que requerirá disponer de un efectivo suficiente, y esto se conseguirá realizando un presupuesto y ajustándolo en caso de que sea necesario.

En mi opinión, el mínimo que deberíamos tener en efectivo disponible en nuestra cuenta, es una cantidad que puede oscilar entre lo necesario para el día a día de entre seis meses y un año. Eso debería ser suficiente para poder afrontar con holgura nuestra vida cotidiana.

Por otro lado también es recomendable crear un fondo de seguridad con una cantidad que sea como mínimo la equivalente a dos años de gastos fijos. Esto nos permitirá tener la tranquilidad suficiente en caso de que tengamos algún inconveniente como el quedarnos sin empleo o tener que hacer frente a algún imprevisto.


El producto más adecuado en el que tener este colchón de seguridad será aquel que nos permita que ese dinero no pierda capacidad adquisitiva como consecuencia de la inflación, es decir, el objetivo no es que se revalorice sino que no pierda valor. Tradicionalmente el producto que se solía utilizar era el depósito bancario, pero debido a los bajísimos tipos de interés en la actualidad, este producto a día de hoy no garantiza el mantenimento de la capacidad de compra.

Un producto alternativo puede ser un fondo de renta fija de corto plazo ( duraciones inferiores a dos años), pero teniendo en cuenta que ante una subida de tipos de interés puede sufrir pérdidas, aunque la recuperación en estos productos suele ser más rápida que en los fondos de renta fija que invierten en bonos de vencimientos largos.


Necesidades de medio plazo

A lo largo de nuestra vida nos podemos encontrar con otro tipo de necesidades que nos supongan una satisfacción e el corto plazo, sino que requerirán de un mayor espacio temporal para poder conseguirlas.

Estoy refiriéndome a necesidades que pueden tener algunas personas, como puede ser la compra de una vivienda, pagar los estudios de los hijos… Son necesidades que se pueden planificar a 10 o 15 años vista y que se pueden conseguir si se utilizan los productos financieros adecuados.

Dado que son objetivos que se deben conseguir en un espacio temporal de medio plazo ( teniendo en cuenta todos los años de nuestra vida), debemos centrarnos en productos financieros que traten de batir al mercado consiguiendo así elevadas rentabilidades.

En mi opinión, un producto financiero que puede ser útil para la consecución de estos objetivos de medio plazo son los fondos de inversión de retorno absoluto.

Un fondo de retorno absoluto es un fondo cuya estrategia está enfocada a la consecución de rentabilidades superiores a las del mercado, creando una cartera lo más descorrelacionada posible y llegando a utilizar apalancamiento y posiciones cortas con derivados.

Suponen un riesgo mayor al de los fondos tradicionales, pero debemos tener en cuenta que deseamos conseguir unos objetivos financieros en un “reducido” espacio de tiempo,por lo que la exposición al mercado debe ser superior.


Necesidades de largo plazo

Por último, las personas pueden tener otro tipo de necesidades que no son apremiantes pero que si son necesarias planificar a años vista para poder cubrirlas con satisfacción llegado el momento. Me estoy refiriendo principalmente a las necesidades que tendremos en el momento de nuestra jubilación, aunque también podríamos incluir otro tipo de posibles necesidades asociadas a la vejez, como el mayor gasto farmacéutico.

Dado que el espacio temporal es mayor que en el caso de las necesidades de medio plazo, si bine debemos buscar elevadas rentabilidades continuas en el tiempo, no tenemos por qué asumir tanto riesgo como en el caso anterior.

Es por ello que podemos tratar de conseguir nuestros objetivos de largo plazo mediante fondos indexados, obteniendo la misma rentabilidad del mercado con un marco temporal de muy largo plazo.

Así, en mi opinión, es muy poco el dinero que debemos tener en nuestra cuenta corriente. La mayoría de nuestro dinero tiene que estar trabajando para cubrir nuestras diferentes necesidades en el presente y en el futuro.










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