martes, 19 de julio de 2016

El Dinero

Te escribo hoy la segunda recomendación bibliográfica desde que en el blog he iniciado la sección  “Bilblioteca”, en donde periódicamente te voy a resumir de forma breve los libros que más me han ayudado hasta el momento en el camino que estoy recorriendo trantando de alcanzar mi independencia financiera.

Para incrementar tu cultura financiera el libro que hoy te recomiendo no puede faltar en tu biblioteca personal.  Que mejor  forma de incrementar tu cociente intelectual financiero que mediante el estudio  del que probablemente sea el mejor libro sobre la materia que se haya escrito en español, que no es otro que ” El código del dinero“, de Raimon Samsó. No puedo ocultar que si este libro no hubiese caído en mis manos en su momento, hoy probablemente no estarías leyendo este blog.

En el libro el autor, ex directivo de banca, nos habla desde su experiencia sobre los principios básicos que rigen la mentalidad de un emprendedor, de cómo mantener una relación ” sana” con todo lo relacionado con nuestra vida económica y , sobre todo, nos da una guía sobre como dejar de ser empleado para comenzae a ser un emprendedor dueño de su vida. El libro se estructura en dos partes:

En la primera de ellas, Samsó se centra en el origen de los problemas económicos que sufren la mayoría de las personas. Descubrirás que estamos en una nueva era en donde las ideas y actos que funcionaban en la era industrial ya no son válidos para la actual era del conocimiento, y cómo las instituciones educativas no nos preparan para ella, lo que sin duda es una gran tragedia.



Los pensamientos son otro de los factores que diferencian a los ricos de los pobres. Los ricos tienen mentalidad de abundancia, saben que el dinero es un medio y obtienen ingreso inteligentes, los ingresos de los ricos. Estos ingresos son los denominados ingresos pasivos, aquellos que llegan a tu cuenta corriente mientras estás durmiendo o mientras disfrutas de unas vacaciones en el otro lado del mundo. Con “El código del dinero” sabrás como funcionan y lo mejor de todo, tendrás a tu alcance 12 ejemplos de fuentes de ingresos pasivos que podrás comenzar a poner en funcionamiento inmediatamente. En esta primera parte Samsó nos enseña a pensar como un rico y a detectar las creencias y actos de la gente pobre, pudiendo así resetear nuestro subconsiente y evitar caer en los errores que nos hacen padecer la carrera de la rata.

La segunda parte del libro es  toda una llamada a la acción. Aquí Raimón Samsó desmonta magistralmente las principales excusas que toda persona se pone a sí misma a la hora de justificar su inacción emprendedora, y nos demuestra que son limitaciones que nos autoimponemos bien por falta de confianza o bien por influencia de nuestro entorno. Para el autor el emprendimiento es un 15% aptitud y un 85% actitud!!.

En esta parte del libro descubrirás, de manera amena y motivante, las claves para comenzar a desarrollar desde el momento en que lo leas tu propio negocio, tu propio sistema de ingresos múltiples, variables y pasivos que harán que estés más cerca que nunca a tu libertad financiera. Raimón Samsó aplica toda su experiencia acumulada durante años como alto cargo de banca para darte las claves que necesitas ( marketing, ventas, promoción…) para que tu negocio sea líder en su nicho, con la garantía de éxito que supone el que él mismo haya aplicado todo lo que propone en su libro en su negocio personal, al canzando éste una posición líder en el ámbito del coaching en España.



El código del dinero (EXITO)

En esta sección pretendo no sólo incrementar tu conocimiento financiero sino también el mío. ¿Conoces algún libro sobre la temática que se trata en este blog que merezca la pena ser leído? Puedes decírmelo a través de un comentario aquí o en nuestras redes sociales  (Facebook o twitter) , o bien escribiéndome un mail.

jueves, 14 de julio de 2016

Cuándo Ajustar La Cartera Pasiva

Hasta el momento, los artículos relacionados con la creación de una cartera de gestión pasiva, he tratado la forma en la que debemos crear nuestra cartera siguiendo la filosofía boglehead y he construido una cartera real cuya rentabilidad iré publicando mes a mes.


Pues una vez tratado este tipo de temas, es hora de hablar de otro aspecto muy importante en la gestión de carteras de inversión, como es el ajuste de éstas. Realizar un ajuste periódico de nuestra cartera es de suma importancia para controlar el riesgo de nuestra inversión. Al crear nuestra cartera distribuimos nuestro capital en unos determinados porcentajes de renta fija y renta variable, porcentajes que cambian con la revalorización de los fondos seleccionados.


Así, en el caso de nuestra cartera pasiva, inicialmente hemos distribuido nuestro capital en un 70% en renta variable y en un 30% en renta fija, y a la vez la renta variable la hemos dividió en un 25% USA, 25% Zona Euro, 10% emergentes y 10% Australia. Pues bien, con la revalorización de los ETF estos porcentajes cambian. Así, si por ejemplo el ETF sobre el mercado americano se revaloriza mucho, ya no supondrá un 25% de nuestra inversión, sino más.
Por lo tanto la propia evolución de nuestra cartera de inversión provoca que ésta aumente el riesgo que hemos asumido inicialmente a la hora de crear nuestra cartera.


¿CUÁNDO AJUSTAR UNA CARTERA PASIVA?


Ante este aumento del riesgo de nuestra cartera de inversión es necesario tomar medidas para que el nivel de riesgo de nuestra cartera retorne a los niveles que habíamos establecido como asumibles a la hora de construirla. Para ello, debemos ajustar, reequilibrar, nuestra cartera de inversión, y la pregunta es ¿cuándo?

Los inversores cortoplacistas, aquellos que buscan obtener rentabilidades superiores a la media asumiendo elevados riesgos, utilizan el análisis técnico para decidir cuándo entrar o salir de una determinada posición. Así, en función de un sistema formado por una serie de indicadores y la evolución del precio, compran y venden de forma automática.

Los inversores que siguen la estrategia value investing, centran su análisis en la calidad de las empresas de las que están pensando en comprar sus acciones. Este tipo de inversores sólo comprarán aquellas acciones de empresas que consideren que están infravaloradas y que por lo tanto puedan tener una revalorización mayor al de resto de compañías, y venderán cuando dichas acciones ya hayan consumido su potencial de revalorización.

Pero ¿cuándo ajustamos una cartera de fondos?, ¿cuándo deberemos corregir el riesgo de nuestra cartera pasiva?



Los boglehead no tienen un único sistema de rebalanceo de carteras, aunque de todos yo me quedo con el más sencillo, que no es otro que el ajuste periódico de la cartera. Con esto se quiere decir que vamos a rebalancear nuestra cartera pasiva de forma sistemática cada período de tiempo determinado.

Así, podemos rebalancear nuestra cartera cada mes, cada trimestre… dependiendo de cómo nos sintamos cómodos. Mi opinión es que reajustemos nuestra cartera de inversión lo menos posible. Hay muchos inversores boglehead que sólo tocan la cartera una vez al año, aunque creo que la forma óptima de tener una cartera pasiva equilibrada es revisándola cada seis meses, buscando un equilibrio entre control de riesgo e impacto fiscal.


¿CÓMO AJUSTAMOS LA CARTERA PASIVA?


Una vez que sabemos que siguiendo una filosofía de inversión a lo boglehead vamos a rebalancear nuestra cartera pasiva cada seis meses, nos queda saber cómo vamos a hacerlo. Exisiten varias formas:

– La forma más sencilla que existe de rebalancear una cartera pasiva es comprando nuevas participaciones de los fondos que tengan un peso menor al establecido previamente en la creación de la cartera. Por ejemplo, si en nuestra cartera la parte de renta fija cae por debajo del 30%, compraríamos más participaciones hasta alcanzar de nuevo dicho porcentaje.

– Ese nuevo dinero puede proceder de nuestro ahorro o puede proceder de la propia cartera. Es decir, podemos retirar dinero de los fondos que más se hayan revalorizado y destinarlos a rebalancear la cartera hasta alcanzar los porcentajes de distribución que hemos establecido a la hora de crear la cartera.




En definitiva, la mejor forma de tener una cartera pasiva como la nuestra controlada es, en mi opinión, revisándola cada seis meses mediante la venta de participaciones de aquellos fondos o ETF que más se hayan revalorizado durante el semestre y comprando participaciones de aquellos fondos o ETF que hayan tenido un peor comportamiento y se encuentren por debajo del peso sobre la cartera que habíamos establecido en un principio.

domingo, 3 de julio de 2016

Qué Impuestos Pagas

Cuando llevas ya un tiempo trabajando en la creación de tus nuevas fuentes de ingresos que te permitan disfrutar de una vida mejor y éstas comienzan a dar ya unos frutos importantes en el aspecto monetario, surge la obligación que va implícita en el acto de ganar dinero, que no es otra que la obligación de pasar por la caja de papá estado y desembolsar una parte de los beneficios obtenidos en forma de impuestos.
En la mayoría de los países la carga fiscal que deben soportar sus ciudadanos es enorme, y en el caso de los países europeos esa carga fiscal en ocasiones se hace insoportable, siendo en buena medida la responsable de que cientos de pequeñas empresas hayan tenido que echar el cierre al no poder hacer frente a unos pagos fiscales cada vez mayores con unos ingresos cada vez menores. Los impuestos son el principal elemento que reduce la renta disponible de las personas y la rentabilidad de las inversiones, tanto de las empresas como de los inversores minoristas. Por lo tanto, son un elemento clave al que debemos prestarle mucha atención ya que tienen una incidencia directa sobre el crecimiento de nuestra riqueza neta, lo que puede retrasar la llegada de nuestra tan ansiada independencia financiera, en el caso de que seamos capaces de llegar a ella.
Los impuestos son algo obligatorio a lo que debemos hacer frente (puedes no declarar tus ingresos arriesgándote a una importante multa si las autoridades lo detectan, es decisión tuya), por lo que puede parecer que estamos condenados a ceder obligatoriamente una parte importante de nuestros beneficios generados con nuestra actividad y esfuerzo al estado, el cual no nos ha puesto ninguna facilidad a la hora de desarrollar nuestro negocio, todo lo contrario. Esto es cierto, pero debes saber que existe la posibilidad de elegir qué impuestos pagar. Pero, ¿Cómo que puedo elegir qué impuestos pagar? ¿A caso no debo pagar los impuestos que se me exigen por ley?


ELIGE QUÉ IMPUESTOS PAGAS


Por supuesto que debes pagar aquellos impuestos que te exige la ley en función del origen de tus ingresos. Ésta es la clave de todo: el origen de tus ingresos, ya que no todas las fuentes de ingresos están gravadas fiscalmente del mismo modo. Unas soportan más carga fiscal que otras. (NOTA: quiero aclarar aquí que lo que voy a comentar a continuación está basado en la estructura impositiva que existe en España. Todos aquellos que nos leéis desde fuera de España, fundamentalmente Latinoamérica, debéis informaros de la estructura fiscal que existe en vuestro país y cómo está gravado fiscalmente el origen de los ingresos que aquí comentaré).
Bien, las formas en que una persona puede obtener ingresos se pueden dividir a grandes rasgos en tres grupos: Trabajo asalariado, autoempleo e inversiones de cualquier tipo. Estos tres grupos tienen diferentes formas de afrontar sus obligaciones impositivas derivadas de los ingresos obtenidos por su actividad.

El trabajo asalariado es la forma más común que existe entre las personas para obtener unos ingresos que financien sus vidas. Dado que es la forma más común de obtención de ingresos, es la actividad en la que más carga fiscal se soporta. En el caso de España, tras la última reforma fiscal (aunque hay otra en camino que reducirá algo los impuestos a pagar por trabajar para otro) el trabajador español pagará como mínimo el 24,5% de su renta bruta obtenida a lo largo del año, y como máximo podrá llegar a pagar hasta un 56% del total de su renta generada, aunque hay que tener en cuenta que a estos porcentajes se le pueden aplicar algún tipo de deducción en función de las condiciones personales del trabajador. Como ves, la carga fiscal del trabajador asalariado es brutal, y lo peor de todo, es que no tiene forma de reducir sustancialmente la carga a soportar. En este tipo de ingresos también se encuentran algún que otro activo que podamos crear para nuestro beneficio, como por ejemplo, los ingresos obtenidos por la venta de un libro que hayamos escrito.
EL trabajador autónomo (autoempleado) no lo tiene mucho mejor, aunque sí es cierto que tiene algún otro mecanismo para disminuir su carga fiscal. Tiene que hacer frente al impuesto de la renta, a las cotizaciones a la seguridad social y al IVA. Es decir, paga más impuestos que el trabajador asalariado pero puede reducir su carga constituyéndose en empresario individual ( Sociedad Unipersonal) en donde tributará a un 20% de todos sus beneficios mientras estos no superen los 120.000€, y si los supera tributará al 25%.
Los ingresos obtenidos a través de inversiones financieras tributan entre el 24 y el 27%. Aquí estamos hablando de los beneficios obtenidos por venta de acciones, bonos, participaciones en fondos de inversión, dividendos, intereses por depósitos…. En el caso de las inversiones físicas como por ejemplo las inmobiliarias, la tributación es más gravosa, pero si eres lector habitual de este blog sabrás que la inversión inmobiliaria física no es la mejor forma de llevar a cabo este tipo de operaciones.


Pues bien, conociendo la carga fiscal a la que están sometidos los tres grandes grupos de actividades por las que se pueden obtener ingresos, podemos elegir qué impuestos pagar. Sabemos que si elegimos como fuente principal de ingresos el trabajar por cuenta ajena en una empresa, tendremos que soportar una carga fiscal muy elevada (además de dedicar muchas horas de nuestro tiempo a un negocio en el que le principal beneficiado económicamente no seremos nosotros). Sabes que si quieres desarrollar tu propia compañía lo puedes tener un poco mejor, aunque el tiempo que le tendrás que dedicar será incluso mayor que si trabajas por cuenta ajena. Y por último, si eliges que tu principal fuente de ingresos sea la inversión financiera, como máximo pagarías un 27% de todos tus beneficios.
El pagar elevados impuestos es en un porcentaje muy alto una elección, por ello debemos ser conscientes de qué actividad queremos desarrollar como fuente de ingresos principal si queremos tener el menor coste posible a la hora de alcanzar nuestra independencia financiera.