sábado, 23 de enero de 2016

Las dos mayores fortunas de la historia

Estos últimos días, recordando encuentros recientes con personas que en algún momento se han planteado desarrollar algún tipo de proyecto empresarial, me he dado cuenta de la gran cantidad de excusas que nos ponemos a nosotros mismos cuando llega el momento de dar el primer paso en el camino, cuando llega el momento de pasar de la teoría a la práctica. Parece como si el ser humano estuviese preparado para auto sabotearse cada vez que llega el momento de dar el salto hacia una mayor satisfacción y calidad de vida.

Una de las excusas que escucho de forma más frecuente a la hora de justifica la inacción es que para tener éxito en los proyectos empresariales es necesario “tener mucha suerte”. Sinceramente, no podría estar más en desacuerdo. Puedo parecer prepotente pero en mi opinión la suerte no existe, es más, la suerte no es nada más que la excusa de los mediocres que ni siquiera se atreven a intentar alcanzar los objetivos que se marcan en su mente. La única suerte que existe es el trabajo constante y bien hecho.


Hoy voy a hablarte de las dos mayores fortunas que han pisado la tierra, dos fortunas que fueron creadas desde cero por dos hombres de origen humilde que supieron aprovechar sus potencialidades y que por nada del mundo se vinieron abajo: John Davison Rockefeller y Andrew Carnegie.

J.D. Rockefeller nación en el seno de una modesta familia en el estado de Nueva York, en el año 1837. Ya desde muy joven sintió una especial atracción por el mundo de los negocios llevándole ésta a cursar estudios de comercio en Cleveland, trabajando para como agente en una agencia de transacciones comerciales de grano. Un año más tarde, debido a su gran capacidad para los negocios consiguió ahorrar una pequeña cantidad de dinero y crear a la edad de 17 años su primera empresa, que sería el germen de la futura Standard Oil, la mayor empresa de la industria petrolera. A la edad de 23 años ya amasaba una fortuna, y se le considera el hombre más rico de la historia, llegando a alcanzar su patrimonio en el momento de su muerte la cifra de 663 mil millones de $ actuales.


Andrew Carnegie nación en Escocia en el año 1835 y pronto emigró a los Estado Unidos con su familia, donde se educó y comenzó a trabajar a la temprana edad de 13 años. Realizó diferentes trabajos durante sus primeros años hasta que a la edad de 18 años realizó una pequeña inversión que le reportó importantes beneficios, lo que le animó a continuar por el camino de las inversiones, reinvirtiendo los beneficios en empresas de transporte y acero. Falleció en el año 1919 con una fortuna estimada de 298 mil millones de $ actuales, la segunda mayor fortuna de la historia.

Una de los rasgos comunes que comparten tanto Rockefeller como Carnegie con los millonarios de hoy en día como Richard Branson, Bill Gates o Mark Zuckerberg es que comenzaron su carrera empresarial muy jóvenes, antes de cumplir los 20 años de vida. Sin embargo esto no fue condición suficiente para que estas personalidades hayan alcanzado el éxito empresarial y económico. Como se explica en la obra de Napoleon Hill, Piénse y hágase rico, el verdadero punto diferencial que hace que una persona alcance el éxito es la perseverancia. La clave del éxito de Rockefeller y Carnegie estuvo en la capacidad de estos para alcanzar los objetivos que se habían marcado, independientemente de de la dificultades que se les presentaron por el camino (Rockefeller tuvo que vérselas con el gobierno de los EE.UU. nada menos).


Pero, ¿Cómo no desfallecer cuando las circunstancias vienen mal dadas? En estos casos el elemento diferencial que hará que tengas éxito frente a otra persona que decide abandonar será tu ambición. La ambición de Rockefeller por crear un imperio fue determinante para eliminar a su competencia. La ambición por ganar cuanto más dinero mejor está muy bien y puede ser el motor que te mueva al principio de tu camino pero con el paso del tiempo te darás cuenta de que lo más importante no es el dinero, sino la forma en que éste se gana. Por experiencia propia te digo que el verdadero motor de tu éxito será la ambición por conseguir hacer realidad los objetivos que tengas marcados en tu cabeza. Si tu ambición por materializar tus objetivos es grande no existirá problema que no puedas solucionar. Debes ser más grane que tus problemas.

Desde aquí te recomiendo que comiences a leer con frecuencia las biografías de los personajes más exitosos de la historia en el mundo empresarial, tanto presentes como pasados. Podrás comprobar que las grandes fortunas de la historia se han creado desde la nada, a partir de una idea muy rudimentaria y con poquísimo capital inicial. Youtube, Microsoft… fueron creados por personas jóvenes con muy poco capital y sin grandes recursos a su alcance (comenzaron desde el garaje de sus casas). Todo eso no fue un impedimento para que esas ideas se hayan transformado en las empresas líderes a nivel global que son hoy. La ambición y la perseverancia de sus creadores fueron el motor que las han hecho llegar a la cima, y como consecuencia, han hecho ricos a sus creadores.


No es necesario que crees el nuevo Facebook o el nuevo Google, pero si es necesario que adoptes la actitud ganadora y de trabajo que sus fundadores tuvieron y tienen, porque es esa actitud la que hará que triunfes y que te diferencies del resto de personas que no consiguen sus objetivos. Esta es la verdadera suerte.

miércoles, 6 de enero de 2016

Método sencillo para eliminar tus deudas

En las actuales circunstancias económicas mucha gente está viendo como las deudas adoptadas durante los años de bonanza económica le están provocando importantes rompederos de cabeza, dado que cada vez éstas suponen un porcentaje mayor de sus ingresos, debido a la disminución de éstos bien por una bajada salarial o bien por el hecho de haber perdido su empleo. Esto supone que muchas personas se tengan que embarcar en duros procesos de ajuste que reducen su nivel de vida.

En Optimiza Tus Finanzas somos conscientes de ello dado que a las personas a las que les prestamos un servicio de asesoramiento financiero personalizado acuden a nosotros, entre otras cosas, para que les ayudemos a reducir sus deudas más importantes. Por ello, creo que hoy es muy importante que te exponga un sencillo ejercicio  que te ayudará a deshacerte de tus cargas financieras, y que puedes poner en práctica desde este mismo momento. Este ejercicio es conocido como “la bola de nieve” y fue desarrollado por Dave Ramsey, autor del libro “La transformación total de su dinero”.

Este ejercicio consiste en aplicar un plan de ajuste para nuestras finanzas personales que tenga como objetivo incrementar nuestra capacidad de ahorro para poder destinar este excedente al pago de deudas, pero de una forma progresiva. El proceso de la bola de nieve es el siguiente:


1.- Realizar un censo de deudas.–  Haremos una lista de todas las deudas a las que tengamos que hacer frente y las ordenaremos de menor a mayor, en función de la cuantía que nos quede por pagar en cada préstamo. También deberemos conocer el pago mínimo que se debe realizar en cada préstamo.

2.- Aplicación del plan de ajuste.- Realizaremos un ajuste del gasto junto con un aumento de los ingresos con el objetivo de incrementar nuestro ahorro mensual para poder destinar una parte de éste (30%) al pago de las deudas.

3.-  Pagos mínimos.- Realizaremos los pagos mínimos para cada préstamo de la lista del punto 1, excepto para la primera deuda (la de menor cuantía).

4.- Pago primera deuda.- Con el resto de capital que nos quede después de hacer los pagos mínimos de los préstamos mayores, pagaremos todo lo que podamos del primer préstamo.


Todo este proceso permite que, una vez que vayamos eliminando deudas, nuestros recursos se incrementen y tengamos mayor facilidad para hacer frente a las deudas más abultadas. Pero lo mejor es que veamos esto con un ejemplo práctico:

–          Imaginemos que actualmente tenemos tres deudas que estamos pagando mensualmente. Concretamente tenemos que hacer frente a un préstamo personal de 2.500€, al préstamo del coche (4.200€), y a una deuda de 1.700€ de nuestra tarjeta de crédito. Nuestros ingresos mensuales son de 1.800€, y las cuantías mínimas de pago de las deudas son respectivamente, 150€, 225€ y 90€.

Lo primero que debemos hacer, siguiendo la estrategia de la bola de nieve, es clasificar nuestros préstamos de menor a mayor cuantía de deuda:

1.-  Tarjeta de crédito…………… 1.700€

2.-  Préstamo personal………….. 2.500€

3.-  Préstamo coche………………. 4.200€


Posteriormente llevamos a cabo un plan de ajuste que nos permite ahorrar mensualmente el 30% de nuestros ingresos mensuales, lo que nos permite destinar 540€ al mes al pago de nuestras deudas.

El proceso es como sigue: realizamos los pagos mínimos para el segundo y tercer préstamo (150€ y 225€), y destinamos el resto de los 540 euros al pago de la tarjeta de crédito. Es decir, haremos los pagos mínimos en los préstamos de mayor cuantía y dedicaremos todo lo posible de nuestro ahorro al pago de la deuda de la tarjeta de crédito, en este caso 165€.

Cuando hayamos eliminado la primera deuda, los pagos mínimos se reducirán a 375€, pero nosotros seguiremos ahorrando 540€ mensuales para pagar nuestra deuda. Pagaremos 225€ del préstamo del coche y dedicaremos el resto (315€) al pago de la deuda del préstamo personal.

Como vemos, la estrategia de la bola de nieve es un mecanismo sencillo que nos perite eliminar nuestras deudas de una forma gradual. Es un mecanismo usado con mucha frecuencia por los asesores financieros para eliminar las deudas de corto plazo, y que hará que más temprano que tarde disfrutemos de una situación financiera más holgada.


Claves Para Crear la Cartera de Gestión Pasiva

En los post que he publicado en las últimas semanas te introduje muy rápidamente en el concepto de gestión pasiva, explicándote como estaba formada la cartera de inversión que he creado para que veas en la práctica  cómo crear y gestionar una cartera pasiva. La cartera la he creado con dinero real, en mi cuenta de valores personal, y mes a mes te iré detallando cuál es su evolución y qué rentabilidad voy consiguiendo.

Mi deseo es ser capaz de transmitirte poco a poco los principios básicos en los que se basa este tipo de inversión para que puedas crear tu propia cartera pasiva. Sinceramente creo que la gestión pasiva es la mejor opción para el inversor minorista: No es necesario tener amplios conocimientos sobre el funcionamiento de los mercados, no es necesario ser un experto en análisis financiero, es un tipo de gestión de bajo coste… y lo mejor de todo, es pasivo: Creas la cartera y te dedicas a otra cosa hasta que toque revisarla.


3 CLAVES PARA CREAR TU CARTERA PASIVA


Hoy quiero darte una serie de claves para que puedas crear tu cartera de gestión pasiva de la forma más eficiente posible, para que evites cometer errores que hagan que otros ( brokers, bancos, gestores…) ganen dinero a tu costa. Las claves que te voy a dar aquí harán que puedas crear tu propia cartera pasiva con el menor coste posible, lo que hará que tengas mayor rentabilidad por tu dinero.



1.- Invierte a largo plazo.


La forma de sacarle el mayor rendimiento posible a la gestión pasiva es adoptando un marco temporal de largo plazo. Te recomiendo que busques un objetivo financiero de largo plazo y que pongas tu dinero a trabajar para conseguirlo mediante una cartera pasiva.

Puede que desees garantizarte una buena jubilación, puede que acabes de tener un hijo y quieras ahorrar para su educación, o cualquier otro objetivo de aquí a 15, 20 o 30 años vista. Invirtiendo tu dinero en una cartera de gestión pasiva, obtendrás con creces el dinero que necesites para esos objetivos financieros en unas condiciones muchísimo más ventajosas que con cualquier otro producto que te pueda ofrecer un banco.


2.- Elige los productos adecuados


Como sabes, existen multitud de productos financieros en los que poder invertir tu dinero. La ingeniería financiera evoluciona a pasos agigantados y cada año surgen nuevos productos que en muchas ocasiones ni los responsables de su comercialización saben  bien como funcionan.

Desde aquí te recomiendo que a la hora de crear tu cartera pasiva te centres exclusivamente en dos productos financieros: Fondos de inversión indexados y ETFs.

Ambos son fondos de inversión que replican un determinado índice bursátil, es decir, reproducen la composición de un determinado índice bursátil y como consecuencia obtienen una retabilidad igual o muy parecida.

La diferencia entre fondos indexados y ETF es que los primeros replican los índices de forma idéntica, mientras que en el caso de los ETF la replicación puede que no sea del todo exacta, por lo que la rentabilidad del ETF con respecto al índice que replica puede variar ligeramente.

Si estas pensando en crear una cartera de gestión pasiva de este modo, te recomiendo que te centres n productos financieros de las siguientes gestoras:

Amundi           iShares    BlackRock    Templeton

Vanguard       Pictet        PIMCO        BNY Mellon


3.- Comisiones y fiscalidad.


Otro de los beneficios de los fondos indexados y de los ETF es que al replicar índices bursátiles, no tienen un equipo de gestores al que pagar, por lo que las comisiones que debe soportar el inversor son muy bajas, lo que es un plus para nuestra rentabilidad.

En lo que respecta a la fiscalidad (y aquí hablo en el caso de España) sí existen diferencias importantes entre lo fondos indexados y los ETF.

En el caso de los fondos indexados, cuando queramos deshacer una posición, la venta de esas participaciones no tributará si ese dinero lo traspasamos a otro fondo de inversión, indexado o no. Sin embargo, en el caso de los ETF no tenemos esta posibilidad. En este caso, al vender las participaciones de un ETF éstas tributarán en el impuesto de la renta entre un 21 y un 27%.

Como verás en el post anterior, mi cartera pasiva está compuesta en su totalidad por ETF´s, y es que por desgracia existen muy pocos fondos indexados de calidad. Sin embargo, como mi espacio temporal de inversión es muy largo (30 años),la cartera será revisada muy pocas veces al año,  y los movimientos que voy a hacer son muy pocos,  no considero los impuestos a pagar como algo decisivo.


Estos son los tres principios básicos que te recomiendo que tengas en consideración y que cumplas si tu objetivo es crear tu propia cartera de gestión pasiva. Busca productos con alta liquidez, bajas comisiones y un bajo impacto fiscal. Si consigues crear una cartera con estas características, tu capital se comenzará a multiplicar exponencialmente.