miércoles, 14 de junio de 2017

Seleccionar buenas acciones - 1ª parte

Mucho se ha escrito a lo largo de los años sobre qué estrategia seguir a la hora de invertir en los mercados financieros. Ciertamente podemos afirmar que existen tantas estrategias de inversión como inversores puesto que al final es la visión personal de cada uno la que prevalece, sin embargo a grandes rasgos nos podemos encontrar con un grupo de estrategias muy comunes que son utilizadas en mayor o menor medida por un importante grupo de inversores a la hora de poner su dinero en acciones. Así nos encontramos a menudo con inversores particulares que aplican Value investing, inversión por dividendos, inversión por análisis de balance, múltiplos, etc.

En Optimiza Tus Finanzas somos partidarios de la inversión a medio/largo plazo pero huyendo de una estrategia “buy and hold” (comprar un valor y mantenerlo a toda costa) y decantándonos por un análisis exhaustivo de los valores que nos pueden interesar, realizando una revisión periódica de nuestra cartera (trimestral o semestral) y llevando a cabo el ajuste correspondiente cuando sea necesario. A la hora de seleccionar los valores de nuestra cartera seguimos unos criterios estrictos que nos permiten invertir en valores financieramente sólidos.


Buena salud empresarial


A la hora de buscar empresas candidatas a que sus acciones formen parte de nuestra cartera de inversión vamos a exigir a dichas empresas el cumplimiento de una serie de requisitos mínimos de liquidez y solvencia empresarial que nos van a garantizar la estabilidad de la empresa en el medio plazo.

Así, entre otros aspectos buscaremos empresas que presenten una buena liquidez, con un bajo volumen de deuda y que ésta pudiese ser devuelta en un periodo de tiempo reducido, no superior a dos años. Para saber si las empresas que analizamos cumplen con estos requisitos básicos debemos acudir a sus cuentas financieras (se pueden encontrar en la página web de la empresa) y analizar su  balance patrimonial. Algunos ratios que debemos estudiar son los siguientes:

–          Current Ratio. Se calcula dividiendo el activo corriente (excluidas las existencias) entre el pasivo corriente. Es un ratio que nos muestra la liquidez de la empresa en el corto plazo, es decir, la capacidad que tiene la empresa de hacer frente a sus pagos en el corto plazo. La situación de normalidad viene con un current ratio igual o superior a 1, ya que si este ratio se encuentra por debajo de uno la empresa puede tener problemas para hacer frente a sus obligaciones.


–          Debt to capital. Este ratio se calcula por el cociente entre la deuda de la empresa (pasivos) y los recursos propios (patrimonio neto). Sólo nos interesan las empresas que presentan un debt to capital inferior a la unidad, ya que si éste es superior a 1 significa que la empresa tiene un volumen de deuda superior al capital aportado por los accionistas.

–          Years to payout debt. Es un ratio que nos indica los años que tardaría la empresa en devolver toda su deuda si dedicase todos sus recursos a pagar dicha deuda. Se obtiene como el resultado del cociente entre la deuda de largo plazo y el EBITDA, una magnitud básica de los resultados empresariales y que se encuentra en todos los resúmenes de cuentas de las empresas así como en la cuenta de pérdidas y ganancias de los estados financieros de las empresas. Lo ideal, bajo nuestro criterio, es un ratio years to payout debt igual o inferior a 3 años.


Muchos inversores ciñen su análisis de forma exclusiva a éste y otro tipo de ratios que se pueden obtener mediante el análisis del balance de situación de las empresas (balance sheet), sin embargo quedarse en este tipo de análisis es demasiado superfluo puesto que sólo analizamos la situación empresarial de la compañía y no su situación como activo financiero. Esto es muy importante que lo entiendas ya es clave para seleccionar buenos valores que generen una importante rentabilidad para nuestra cartera: Que una empresa sea buena en su negocio no significa que sus acciones sean un buen valor de inversión. Debemos acostumbrarnos a diferenciar la situación corporativa, empresarial, de la situación como activo financiero. Existen empresas con una situación empresarial mala, con enorme deuda en su balance y con fuertes tensiones de liquidez, que suben con fuerza en bolsa (el caso de Colonial antes de la crisis es un buen ejemplo). Por otro lado hay empresas con una situación financiera muy sólida pero que la cotización de sus acciones en bolsa parece un electrocardiograma plano, acumulando años moviéndose en lateral.

Entonces, ¿Qué análisis hay que hacer a mayores del que hemos visto en este artículo? Eso, querido lector, lo verás en la segunda parte de este post, el próximo Jueves.

Hasta entonces, un saludo.




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