jueves, 27 de abril de 2017

Debería Preocuparte Tu Futuro Financiero

Una característica del ser humano es la tendencia natural a preocuparse por satisfacer sus necesidades más inmediatas en todos los ámbitos de su vida, incluido el aspecto financiero. No existe una preocupación especial por el futuro, y dicha falta de preocupación es mayor cuanto más joven es el individuo.


Es normal que en las etapas más jóvenes de nuestras vidas sólo pensemos en incrementar nuestros recursos para poder llevar una vida lo más confortable posible, sin preocuparnos de qué será de nosotros cuando debamos abandonar el mercado laboral para siempre. Está comprobado que por norma general las personas sólo se comienzan a preocupar por su jubilación alrededor de los 50 años de edad.


Hoy quiero hablarte acerca de por qué considero que no preocuparse por tu futuro financiero más lejano es un tremendo error, y por qué si las personas planificasen su vida financiera desde su juventud no sería necesario que trabajasen hasta casi los 70 años.


PENSIONES: UN FUTURO FINANCIERO INCIERTO


Las generaciones anteriores a la nuestra, nuestros padres y abuelos, podían desarrollar su vida con la tranquilidad suficiente puesto que con toda certeza sabían que dispondrían al final de su vida laboral de una pensión de jubilación más que suficiente para poder vivir su vejez con holgura.

Hoy nosotros nos enfrentamos a una situación bien diferente. La gran mayoría de los países tienen implementado en su economía un sistema de pensiones de reparto, es decir, un sistema en donde las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores actuales se utilizan para pagar las pensiones que nuestros mayores cobran actualmente.

Como se puede deducir, este sistema de reparto sólo tendrá éxito y será sostenible cuando exista más gente joven trabajando que gente mayor cobrando pensiones. La evolución demográfica es el factor que más impacto tiene en la sostenibilidad de este sistema, y cuanto más envejece un país menos sostenible es este modelo. Por otro lado, la evolución de la economía en un entorno de competencia global hace que a día de hoy exista una menor estabilidad laboral que hace dos o tres décadas.

Antes se podía encontrar un trabajo para toda la vida en el que los trabajadores pagaban cotizaciones sociales ininterrumpidamente durante 40 años, pero como sabes, hoy nos encontramos inmersos en la economía del siglo XXI, que se caracteriza por una reducción de la estabilidad laboral y una mayor mecanización de los puestos de trabajo, así como deslocalización, lo que hace que los trabajadores tengan varios trabajos a lo largo de su vida laboral con una tendencia de los salarios a la baja.




Un ejemplo de cómo todo este nuevo contexto económico puede afectar a tu futuro financiero es el caso del sistema de pensiones en España. El actual sistema de pensiones español es insostenible debido a la evolución demográfica del país, uno de lo más envejecidos del mundo, en donde se estima que en el año 2050 el 40% de la población tenga 60 o más años.



La actual tendencia de la demografía española, con cada vez más ancianos, menos nacimientos, incorporación más tardía de la gente joven al mercado laboral y la mayor posibilidad de padecer periodos de desempleo de larga duración, hace que el futuro financiero de nuestra generación y de las futuras tenga un elevado grado de incertidumbre.

De no avanzar hacia un modelo de capitalización el sistema de pensiones español está abocado, en el peor de los casos, a quebrar, y en el mejor a conceder pensiones de subsistencia que no cubrirán todas las necesidades de los pensionistas. Por su parte los trabajadores cada vez deberán mantener a más pensionistas, lo que hará que tengan que pagar más cotizaciones sociales (más impuestos) y trabajar más años.



LA ALTERNATIVA A LA INCERTIDUBRE FINANCIERA FUTURA


La pregunta que cabe que nos hagamos los trabajadores actuales es si ante esta evolución de la demografía, que no sólo afecta a España sino a muchos otros países en el mundo, los gobiernos van a mover ficha para evitar el colapso.
Mi respuesta es que no. Avanzar hacia un modelo de capitalización en el que el trabajador cotice para sí mismo en España, el país europeo en donde sus ciudadanos tienen una mayor adicción al estado, tendría un enorme coste político que ningún partido está dispuesto asumir.

Entonces,¿ no existe alternativa para evitar ese riesgo? ¿Cómo podemos hacer aquellos que no estamos dispuestos a trabajar hasta los 70 años para acabar recibiendo una pensión subsidiaria?

Por suerte existe una alternativa al quebrado sistema de reparto: La sociedad de propietarios.



Una sociedad de propietarios no es ni más ni menos que una sociedad financieramente libre, una sociedad en la que todos los individuos crean su propia riqueza neta que les llevará a la libertad financiera y que por lo tanto hará que sean unos individuos con certidumbre en lo que respecta a su futuro.

Se trata de construir nuestra vida y poder vivirla a nuestro gusto, disponiendo de nuestro tiempo de la forma que deseemos y sin tener que dedicar la totalidad de nuestros días a subsistir. La vida es ahora y no la podemos aplazar.

Por desgracia este cambio de mentalidad no va a venir fomentada desde las altas esferas del estado, hay muchos intereses para que nada de esto cambie. Para empezar, fomentar una sociedad de propietarios implicaría educar financieramente a las personas, y eso no interesa al sistema.

Por ejemplo, los bancos se verían muy perjudicados ante una sociedad mucho más educada financieramente, ya que no podrían colocar productos financieros que las personas no necesitan y cobrar enormes comisiones.

Por lo tanto no podemos esperar a que nada cambie porque nada va a cambiar. Es el individuo el que debe comenzar a cambiar él mismo su situación y avanzar hacia el mayor grado de libertad financiera que le sea posible. Sólo el cambio desde abajo, individuo a individuo, hará que poco a poco la situación global cambie.



La solución está en comenzar ya a crear fuentes de ingreso alternativas a nuestro salario, crear nuestro plan de pensiones personal consistente en una cartera de inversión que siga la filosofía Boglehead, huyendo de productos financieros perjudiciales, y llevando un estilo de vida simple.

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