martes, 16 de mayo de 2017

¿Presión que Soportan Tus Finanzas Personales?

Cuando nos planteamos trabajar sobre nuestras finanzas personales, antes de ponernos de verdad manos a la obra, pensamos que poner orden en ellas no será un trabajo muy complicado y que bastará con dedicarle unos pocos minutos.


Esta forma de pensar hace que realmente no dediquemos todo el trabajo necesario para construir una economía doméstica sólida que haga que tus preocupaciones con respecto a todo lo relacionado con el dinero desaparezcan. En un porcentaje muy importante de casos, este escaso trabajo viene dado por una falta de conocimiento sobre cómo realizar un correcto análisis.


Es por ello que desde este blog vengo explicándote desde hace tiempo algunas ideas y estrategias financieras que pueden ayudarte a diagnosticar el verdadero estado de tus finanzas personales y ayudarte a ponerlas en orden, como por ejemplo la forma en que debes elaborar un plan financiero personal.


Hoy quiero seguir en esa línea y voy a explicarte un nuevo concepto que va a reforzar los instrumentos que te he ido desgranando en los últimos meses en este blog. Hoy quiero hablarte sobre cómo saber el nivel de estrés que soporta tu cuenta bancaria, es decir, la capacidad que tiene tu economía doméstica para superar los malos momentos económicos.


¿QUÉ NIVEL DE PRESIÓN SOPORTAN TUS FINANZAS PERSONALES?


El estudio del nivel de estrés al que están sometidas nuestras finanzas personales es una idea que traslado al ámbito personal desde el mundo de la banca. En los últimos años los bancos de la zona euro han visto como su situación patrimonial se ha visto mermada debido a la enorme cantidad de deuda basura que tenían acumulada en sus balances.

Para saber si su proceso de saneamiento había sido realizado de forma correcta, desde distintos organismos se realizó a estos bancos una serie de pruebas de solvencia denominadas test de estrés. Estas pruebas consistían en simular determinados escenarios financieros y predecir cuál sería la situación de solvencia financiera que presentarían los bancos en cada uno de esos escenarios.

Pues bien, nosotros vamos a realizar nuestro propio test de estrés sobre nuestra economía doméstica. La mejor forma de comprender como llevarlo a cabo es a través de un ejemplo práctico, y lo primero que debemos hacer es determinar los escenarios a los que vamos a someter la solvencia de nuestras finanzas. Determinamos tres posibles escenarios:



– Escenario bueno: Será aquella situación en donde nuestra posición financiera sea óptima, es decir, aquella situación en donde tengamos un puesto de trabajo y unos ingresos recurrentes con los que hacer frente a nuestras obligaciones.

– Escenario malo: Es aquella situación en donde nuestra posición financiera empeora y hace que tengamos que hacer frente a nuestras obligaciones con una menor cantidad de recursos.

– Escenario adverso: Situación muy mala en la que nuestra economía familiar se encuentra en un muy serio problema o quebrada.

Pues bien, para ver en la práctica como realizar y analizar un test de estrés para nuestras finanzas personales vamos a suponer el caso ficticio de una persona que tiene las siguientes condiciones económicas:

– Ingresos: 1.250€/mes
– Hipoteca: 450€/mes
– Préstamo: 100€/mes
– Otros gastos: 200€/mes
– Ahorro: depósito de 12.000€


Escenario bueno


El escenario bueno será aquel que viene dado por la situación financiera que acabamos de describir, donde la persona tiene un salario mensual con el que poder hacer frente a sus pagos.
En el ejemplo que ponemos como punto de partida para nuestro ejemplo, la persona que tiene esta situación financiera no tendría problemas para cumplir con sus obligaciones, pero si le convendría desarrollar un plan financiero que fortalezca su solvencia, puesto que ésta no es muy holgada.

Los gastos totales en este escenario representan el 60% de los ingresos mensuales, aunque de mantenerse esta situación, con el paso del tiempo estos se reducirán pues desaparecerá el préstamo al que está haciendo frente en la actualidad.


Escenario malo


Este escenario se caracteriza por la reducción de los ingresos mensuales, mientras que los gastos se mantienen de la misma forma en el mejor de los casos. Si en el ejemplo que hemos puesto como base la persona se queda sin trabajo, pasará a percibir una prestación por desempleo por una cuantía menor a la de su salario.

Supongamos que ahora en vez de los 1.250€ pasa a cobrar 850€ al mes. Obviamente su situación financiera en este escenario se agravaría de forma considerable. En esta situación, los gastos mensuales supondrían el 88% de sus ingresos mensuales, y muy probablemente la persona debería descapitalizarse utilizando el dinero de su depósito si tuviese algún imprevisto.


Escenario adverso


El escenario adverso sería aquella situación financiera en donde todo se volviese en nuestra contra. La situación se daría cuando no obtuviésemos absolutamente ningún tipo de ingresos y tuviésemos que hacer frente a nuestros pagos con nuestros ahorros. En el ejemplo que ponemos de base supondría la quiebra financiera de la persona en cuestión.

Del análisis de los diferentes escenarios que aplicamos a la situación financiera que tomamos como ejemplo deducimos que esta persona necesita incrementar sus ingresos y su ahorro, por lo que debería plantearse crear diferentes fuentes de ingresos alternativas que le permita por un lado incrementar su colchón financiero y por otro reducir el peso de los gastos mensuales en relación a sus ingresos.

Como vemos, la elaboración de distintos escenarios con los que testar la solvencia de nuestras finanzas personales es un ejercicio básico para contextualizar la forma en la que demos afrontar la elaboración de nuestro plan financiero personal.

A la hora de ponernos manos a la obra a sanear y mejorar nuestras economía personal debemos tomar las decisiones en función del peor escenario posible, es decir, el saneamiento de nuestras finanzas debe ir enfocado a que estas puedan ser lo más sostenibles posible en el escenario adverso. Si en un escenario adverso conseguimos tener unas cuentas sólidas, podremos decir que para nosotros el dinero no es un problema.




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