martes, 9 de mayo de 2017

Aumentar tu Riqueza Neta

No descubriré nada nuevo si te digo que la gran mayoría de las personas que habitan el planeta tierra desean ser millonarias, o al menos disponer de la cantidad de  dinero suficiente que le permita poder vivir sin tener que desarrollar un trabajo que les disgusta sólo porque necesitan conseguir dinero para poder pagar sus deudas.

Muchas de estas personas actúan con la intención de mejorar sus situación financiera para poder acceder a una vida mejor: adquieren mayor formación para poder aspirar a trabajos mejor remunerados, llevar a cabo una reorientación laboral o, simplemente, obtener un ascenso dentro de su actual empresa. Es decir, siguen el camino que recorren la gran mayoría de las personas, un camino que no les lleva a la independencia financiera sino que los hace presos de lo que en su día Robert Kiyosaki denominó como carrera de la rata: Un círculo vicioso en el que está metida la clase media y que consiste en trabajar para otros en un contexto como el actual, de impuestos al alza y salarios a la baja, para poder afrontar unas deudas a largo plazo que fueron adquiridas bajo el supuesto de que nuestras finanzas sólo irían a mejor. Obviamente esta forma de afrontar la vida no nos lleva a ningún sitio. Podemos mejorar ligeramente nuestra vida y hacer más confortable el pago de nuestras obligaciones, pero nunca alcanzaremos el objetivo de ser financieramente independientes.


La gran mayoría de las personas no alcanzan el nivel de vida que realmente desean porque el enfoque que aplican y que está detrás del proceso que te acabo de describir no es el correcto. Trabajar e intentar prosperar en el mercado laboral es sólo uno de los cuatro pilares que debemos trabajar para alcanzar la independencia financiera, pero si dejamos de lado los otros tres sólo conseguiremos ser uno más del rebaño. ¿Y cuáles son los otros tres pilares sobre los que se deben basar nuestras finanzas personales? Paciencia. Antes de entrar de lleno en la materia es necesario que hablemos del concepto clave que hará que  cambie tu visión sobre la gestión de tus finanzas personales.



¿QUÉ ES LA RIQUEZA NETA?


La gran mayoría de las personas miden su situación financiera en función de la cifra que aparece reflejada en su nómina mensual. En función de esa cifra (y las expectativas de su evolución futura) llevan a cabo todas sus decisiones financieras, es decir, deciden qué consumir y cómo (posibilidad o  no de endeudarse).  Como podrás imaginar las personas ricas no basan sus finanzas en obtener unos ingresos cada vez más grandes, entre otras cosas porque cada vez que nuestra remuneración aumenta, lo hacen también los impuestos que estaremos obligados a pagar. Si echas un ojo a las remuneraciones de los CEO de las compañías más importantes del mundo verás que son personas que no tienen un salario asignado, sino que tienen una remuneración simbólica. Por ejemplo Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, cobra  1$ al año.


Entonces, ¿Cómo pueden estas personas vivir en las mansiones que viven y tener los coches que tienen? Pueden porque sus ingresos no dependen de una nómina sino de sus activos. Son personas cuyo dinero procede de sus activos. Sus fuentes de ingresos son la revalorización del paquete de acciones  que poseen de su compañía, derechos sobre licencias, derechos de imagen, patentes que les pertenecen… en definitiva viven de su cartera de activos y no de su salario.

El concepto clave que debes tener en mente a partir de este momento es el concepto de riqueza neta. La riqueza neta no es más que la diferencia entre el valor de nuestros activos y de nuestros pasivos (Activos- Pasivos = Riqueza Neta). Así, si nuestra riqueza neta es positiva nos indicará que el valor de nuestros activos (bienes y derechos) es superior al de nuestros pasivos (deudas). Nuestro objetivo a partir de este mismo momento es construir una riqueza neta positiva y creciente.


CÓMO AUMENTAR TU  RIQUEZA NETA


Para aumentar nuestra riqueza neta debemos actuar en los dos frentes que la determinan, los activos y los pasivos. El primer paso en todo proceso destinado a incrementar nuestra riqueza neta debe ser eliminar todas las deudas que podamos, es decir, debemos poner coto a nuestros pasivos. Lo primero que debes hacer es ordenar tus deudas en corto y largo plazo. Una vez hecho esto debes establecer un plan para eliminar todas las deudas a corto plazo que hayas asumido (préstamo para el coche, viajes, boda… lo que sea). Por lo que respecta a las deudas de largo plazo, lo normal es que sea una hipoteca, que en principio no tocaremos. Seguiremos pagando las mensualidades normalmente, aunque sí es bueno analizar con nuestro banco las posibilidades de mejorar las condiciones de pago. Repito, la deuda que importa eliminar, dado que es la que más daño hace, es la deuda de corto plazo.

Una vez hayamos puesto coto a nuestros pasivos, nos centraremos en el otro factor que determina la riqueza neta, los activos. Para incrementar nuestros activos nos basaremos en tres aspectos más aparte de nuestros ingresos salariales: Ahorro, inversión y minimalismo.

Como dijimos anteriormente, basar nuestras finanzas de forma exclusiva en el salario que percibimos por nuestro trabajo es un error, pero nosotros vamos a complementar dichos ingresos con un sistema en el que los ingresos del trabajo sean una pieza importante pero no única. La clave aquí está en desarrollar fuentes de ingreso alternativas, lo más pasivas posible, que hagan que nuestros ingresos mensuales se incrementen. No sé cuál es tu situación financiera ahora mismo pero aunque tengas un buen trabajo, bien remunerado, siempre es necesario desarrollar otras fuentes de ingreso. Recuerda que tener un trabajo hoy no es garantía de tenerlo mañana. Analiza que es aquello que te gusta (escribir, diseñar, fotografiar…) e intenta obtener algún tipo de ingreso por ello trabajando como freelance a tiempo parcial. Busca proyectos que te interesen, que puedas desarrollar en tu tiempo libre, e intenta que te contraten. Lo bueno es que tú decides cuanto tiempo trabajas y, quién sabe, quizá descubras tu verdadera vocación.


Otro pilar fundamental es el ahorro. Muchas veces habrás oído decir que ahorrar es una forma poco inteligente de mejorar nuestras finanzas. Es cierto, pero sólo cuando ahorramos por el mero hecho de ahorrar. Nuestros abuelos fueron personas que se dedicaron a ahorrar toda su vida. Por lo general, por miedo y desconocimiento, nunca destinaron parte del dinero que tanto les constó ganar a ningún producto de inversión. El resultado es que acabaron sus días con muy poco dinero. Yo te propongo que ahorres, pero desde una óptica diferente: ahorra con el fin de invertir. Ahorrar por ahorrar es un error, no da resultado. Sin embrago si ahorras con el objetivo de obtener una cantidad suficiente como para destinarla a algún producto financiero o a algún proyecto empresarial, la cosa cambia. A partir de ahora te sugiero que destines todos los meses como mínimo el 10% del total de tus ingresos mensuales a una cuenta de ahorro, y que al final del año destines lo ahorrado a invertirlo bien en los mercados o bien a algún proyecto de inversión que te interese (no tiene que ser tuyo, puedes financiar el de otras personas y convertirte en business angel). En definitiva, utiliza el ahorro como un medio y no como un fin.

Crear una riqueza neta positiva y creciente no es flor de un día, pero es un objetivo que toda persona responsable debería tener en mente. Como ves la clave está en crear la mayor cantidad de activos posible y para ello nos vamos a basar en un sistema con múltiples piezas trabajando todas en equipo: minimización de pasivos, ingresos (activos y pasivos), ahorro, inversión, y simplificación de nuestro estilo de vida. Plantéate objetivos periódicos que sean fáciles de cumplir y calcula cada trimestre cuál es tu riqueza neta, podrás así elaborar una gráfica que indique visualmente como estás incrementando tu patrimonio, lo que hará que te motives para seguir adelante.


Como ves, no es necesario que abandones tu actual puesto de trabajo y que te lances a la aventura sin red (cosa que hice yo y que no te recomiendo que hagas, pues es muy duro si no tienes un buen colchón financiero que yo no tenía), sino que debes utilizar tu trabajo como palanca para desarrollar las otras piezas del sistema. Ya llegará el momento de plantearte la posibilidad cuando tus ingresos por activos sean superiores a los ingresos que percibes por tu trabajo.

Nos vemos pronto

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