miércoles, 9 de noviembre de 2016

La Economía Del Siglo XXI

Hoy quiero hablarte acerca de una idea que creo que está pasando desapercibida para la gran mayoría de la sociedad y que es de una importancia vital para nuestro futuro. Me estoy refiriendo al cambio de era que estamos viviendo en la economía global.


No sé si eres consciente de que estamos inmersos en pleno siglo XXI. Lo digo porque cuando hecho un ojo a los medios de comunicación ( cada vez menos) o cada vez que estoy sentado en alguna cafetería tomando un café, leo, veo y escucho razonamientos sobre cómo superar los problemas financieros derivados de la actual crisis que están basados en la realidad del siglo XX.


La gran mayoría de las personas todavía piensan en términos de “trabajo fijo y estable”, sin darse cuenta de que las condiciones que permitían la existencia de ese tipo de trabajos eran características de la economía del siglo pasado, la economía industrial.


Hoy estamos inmersos en una nueva economía, la economía del conocimiento, en donde la especialización gana al generalismo. En el contexto actual sólo aquellos que aporten valor por encima de la media dentro de un determinado campo o sector serán los que se lleven el gato al agua, los que puedan elegir e incluso recibir ofertas de trabajo sin tener que buscarlas.



La globalización ha hecho que haya aumentando la competencia a nivel global, y eso hace que las empresas ya no sólo tengan como rivales a las empresas del mismo sector en su país, sino que deben competir con empresas de la otra punta del mundo que hacen lo mismo que ellas pero mucho más barato.



Esto ha hecho que muchísimas empresas hayan tenido que optimizar sus procesos de producción, lo que en muchas ocasiones ha supuesto mecanizar partes del proceso de fabricación que antes eran realizadas por humanos.


El mundo avanza en el camino de la especialización, lo que implica que habrá muchos trabajos que quedarán obsoletos y mucha gente que los desarrollaba tendrá problemas para volver a encontrar otro empleo.


¿Quiere esto decir que no habrá trabajos generalistas en el futuro? No, seguirán existiendo. Lo que ocurre es que con unos niveles tan altos de paro en Europa, al ser trabajos que no necesitan especialización, y que por lo tanto pueden ser desarrollados por cualquier persona, los salarios serán más bajos y la estabilidad laboral menor.


Es la ley de la oferta y la demanda en funcionamiento: Muchos más personas dispuestas a trabajar que trabajos disponibles hacen que los salarios sean más bajos ya que las empresas tienen más opciones de sustituir trabajadores en el mercado. ¿Es esto justo? No lo sé. Lo que sé es que es lo que hay y que debemos adaptarnos a la situación.


CÓMO ADAPTARSE A LA NUEVA ECONOMÍA


Como digo, la clave del éxito en la economía del siglo XXI es la especialización. Avanzamos hacia una sociedad de micro negocios en donde muchos de los actuales desempleados, ante la imposibilidad de encontrar un trabajo por cuenta ajena, terminarán por explotar sus conocimientos y habilidades en su propio negocio.


Esta es una situación nueva, sobre todo en el mundo latino, a la que nos va a costar adaptarnos porque va a suponer abandonar la mentalidad de puesto fijo y estable, pero que a la larga va a ser mucho más beneficioso, puesto que implicará más dinamismo en la economía y más empleo.

Puede ocurrir que nuestro trabajo anterior no tenga la posibilidad de convertirse en un negocio, sin embargo, a la hora de buscar nuestra especialización no debemos ceñirnos exclusivamente a nuestras habilidades profesionales. Para poder adaptarnos a esta nueva economía, debemos llevar a cabo una serie de pasos:

1) Determinar en qué destacamos.- Para poder posicionarnos con éxito en el nuevo mercado laboral, es necesario realizar un análisis en profundidad de cuáles son nuestras capacidades. Para ello no debemos centrarnos sólo en nuestra experiencia laboral y formación, sino que debemos analizar también aquellas capacidades y aficiones nos puedan servir para destacar nuestro perfil entre la mayoría de candidatos, o para convertirlas en un negocio rentable.




2) Desarrollar nuestra marca personal.- Una vez que sepas aquello en lo que puedes destacar, es hora de darte a conocer a tus potenciales empleadores o clientes. ¿Pero cómo destacar entre la marea de gente que quiere lo mismo que tú? Pues posicionando tu marca personal. Debes mostrar tu valor al público y que éste llegue a ti. Una forma sencilla y barata es creando un blog. Escribe sobre aquello en lo que quieras destacar. ¿ Te gusta la NBA? Escribe a diario en tu blog sobre la NBA, quien sabe, puede que te acaben contratando como columnista en alguna publicación. No subestimes el poder de internet para darte a conocer. Yo mismo he recibo ofertas de colaboración por parte de empresas gracias a este blog. Si yo puedo, tú también. No soy mejor que tú. Debes ser constante y escribir textos de calidad.



3) Crea una red de contactos (networking).– Si quieres entrar en una empresa de un determinado sector o desarrollar tu negocio personal, debes crear una red de contactos que se dediquen a lo mismo a lo que te quieres dedicar tú. Cuando hablo de contactos no me refiero a “enchufes”, me refiero a que comiences a construir relaciones con personas que se desenvuelvan en el sector en el que te quieres desarrollar. La gran mayoría de las ofertas de empleo en la actualidad jamás se hacen públicas, sino que las empresas recurren a gente conocida con la que han trabajado o de la que tienen referencias.



LA LIBERTAD FINANCIERA ES UNA OBLIGACIÓN


Otro de los elementos que caracterizan a esta nueva economía del siglo XXI es la incertidumbre. Venimos del paradigma del “trabajo para toda la vida” y nos hemos adentrado en un marco laboral que se caracteriza y caracterizará por la inestabilidad, el trabajo enfocado a resultados y la retribución variable.

Dentro de esta incertidumbre también se encuentra el riesgo de que el Estado no sea capaz de hacer frente al pago de las pensiones de jubilación del modo en que lo hace hoy en día. Las economías desarrolladas están sufriendo un proceso de envejecimiento de su población que, unido a la baja natalidad, ponen en peligro la sostenibilidad del sistema de pensiones.

Ante esto, es nuestro deber alcanzar las mayores cotas de libertad financiera posible. Hace décadas el trabajar por llegar a nuestra libertad financiera podía ser opcional, sin embargo en el nuevo contexto laboral, se convierte en una obligación.

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