lunes, 5 de septiembre de 2016

Motivos para ser inversionista

El camino para hacerse inversionista no es fácil, hay que dedicar tiempo a aprender, se cometen errores, tienes que buscar soluciones a largo plazo y tardas en ver el fruto.

Por otro lado al tener un trabajo que te da un sueldo todos los meses, mejor o peor pasas el mes, estas acostumbrado a la vida que haces. Así que puedes encontrar miles de excusas para abandonar:

- ¿Por qué hago esto, si tengo un trabajo?
- ¿Qué falta me hace a mi perder el tiempo en formarme? Prefiero ver la tele, que llevo todo el día trabajando y me merezco un descanso
- Esto es muy complicado, mejor me quedo como estoy.
- Empezare mañana, hoy no tengo tiempo.
- Se necesita mucho dinero para invertir y no tengo ni para comprame la tele de la habitación.
- Invertir es muy arriesgado y yo no voy a saber hacerlo
Para poder superar las excusas que te autoimpones es imprescindible tener muy presente cuales son tus verdaderos motivos para iniciar el camino y no abandonarlo.

Estos son mis motivos:


Falsa seguridad en el trabajo. Hace diez años que trabajo en la misma empresa, desde que acabe la facultad de Informática. Me gusta lo que hago y estoy muy bien con mis compañeros, además estoy a 5 minutos en coche de mi casa. En mi cabeza siempre he tenido la idea de acabar jubilándome allí. Pero desde principios de 2008 la empresa donde trabajo no ha tenido más remedio que despedir a muchos de mis compañeros debido a la crisis. Sé que es pasajero, pero en el proceso de recuperación cualquier puesto de trabajo puede peligrar. Cuando vi como estaba la situación pensé que llegado el caso buscaría otro trabajo y también conseguiría estar a gusto. No imaginaba que hubiera otra forma. Como ya conté en “Algo sobre mi”, al leer el libro “Padre Rico Padre Pobre” vi otro camino, ser inversionista.

Controlar mi tiempo. Trabajando por un sueldo no se puede conseguir la libertad de hacer lo que quieras cuando quieras, sólo lo puedes hacer en los días de vacaciones (si tienes la suerte de coincidir con tu pareja) y además hace falta tener dinero, que de momento sólo puedo conseguir trabajando por un sueldo. Siendo inversionista, ya no me pagarán por mis horas trabajadas, será mi dinero invertido el que trabajará para mi y yo podré dedicar mi valioso tiempo a disfrutar de mi vida. Estar con Juan (mi marido) a cualquier hora, llevar a mis hijos al colegio sin prisas, recogerlos al salir de clase, acompañarlos a realizar el deporte que les gusta, jugar con ellos más tiempo, viajar, ir a clases de danza (mi sueño incumplido desde niña), lo que todo el mundo sueña pero que no es posible hacer trabajando por un sueldo a cambio de mi tiempo.


Tener el control de mi futuro, sin depender de un trabajo y luego una pensión que tal como pintan las cosas es posible que al final desaparezca. Con un trabajo tradicional yo no tengo ningún control, mi puesto de trabajo puede desaparecer de un día para otro si la empresa lo necesita.

Soy capaz de hacerlo. Siempre he pensado que el mundo de las inversiones está en otro nivel, me había despreocupado de la economía, dejaba esos temas a Juan. En estos últimos meses, he investigado sobre la hipoteca que tenemos y ahora soy yo la que mira todos los días como están nuestras cuentas en el banco, como ya comenté, he preparado un plan de ahorro que ejecuto en cuanto nos ingresan las nominas. Y ahora me parece que soy capaz de invertir, después de formarme lógicamente, sin formación sería un suicidio.

No hay límite en los ingresos. Trabajando en una empresa el límite está marcado por el sueldo, más posibles incentivos, si es que los hay. Puedo tener un aumento de sueldo y conseguir otro trabajo con más sueldo pero sigue habiendo un límite. Siendo inversionista activo los ingresos siguen entrando y el límite no está definido.

Ahora te toca a ti, busca cuales son los tuyos, tus verdaderos motivos por los que quieres hacerte inversionista, los tienes que tener muy presentes para seguir adelante en el camino de tu libertad financiera


Las dudas y las excusas aparecerán continuamente y serán tus verdaderos motivos los que te mantendrán en el camino.

Haz tu lista.


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