lunes, 5 de septiembre de 2016

Aprender del Caso Gowex

La semana pasada explotaba en España el enésimo caso de estafa financiera que se vive en este país y que otra vez ha atrapado a miles de pequeños accionistas que han perdido gran parte de sus ahorros. En este caso la responsable es la empresa tecnológica Gowex, y más concretamente su presidente, el cual ha reconocido haber falsificado las cuentas de la compañía en los últimos cuatro años.

Gowex es una empresa tecnológica cuyo negocio es ofrecer wi-fi gratis en espacios públicos y que aprovechando la creación en el año 2006 de un mercado bursátil destinado a que las pequeñas empresas obtuviesen más fácilmente financiación, optó por salir a bolsa. Ante la supuesta firma continua de nuevos contratos y sus  “ espectaculares” resultados financieros, miles de pequeños accionistas y muchos fondos de inversión adquirieron acciones de la compañía, que llegó a revalorizarse más de un 500%, hasta que un grupo anónimo de analistas de Estados Unidos descubrió que el 90% de los ingresos que Gowex decía facturar eran ficticios, provocándose un desplome de la cotización de la compañía de más de un 63% en dos días, y posteriormente declarando ésta el concurso de acreedores ( incapacidad de poder  hacer frente a sus deudas). Así, el valor de la compañía a día de hoy es cero, y es muy probable que sus miles de accionistas minoritarios acaben perdiendo todo su dinero.


Gowex se suma así a una larga lista de estafas financieras que han dejado su marca a lo largo y ancho de todo el planeta, siendo probablemente el más conocido el caso Enron en Estados Unidos. Con Gowex se da otra vez el patrón típico de comportamiento  entre los inversores que caen en este tipo de estafas, y que no es más que otra muestra del bajo nivel de cultura financiera que existe en España: Una empresa de baja capitalización que sube como la espuma, cuya evolución aparece de forma frecuente en los medios de comunicación especializados,  y que termina por generar un ambiente de euforia en torno a ella que desata la avaricia de pequeños inversores que ven las acciones de la empresa como la oportunidad de su vida, el nuevo pelotazo bursátil que solucionará todos sus problemas de futuro. Se genera así entre los inversores menos experimentados una necesidad de comprar sus acciones por el miedo a perder la oportunidad, lo que acaba provocando que ese valor se convierta en una burbuja en toda regla que tarde o temprano termina por explotar.



QUÉ PODEMOS APRENDER DEL CASO GOWEX


El caso Gowex es un ejemplo perfecto de qué ocurre cuando a la hora de invertir nos dejamos llevar por las emociones y nos olvidamos por completo de  cuáles son nuestros objetivos financieros, qué perfil de riesgo es el nuestro y el tipo de inversiones que podemos y no podemos llevar de acuerdo con él… en definitiva, la avaricia nos ciega y dejamos de lado todos los principios que debemos seguir a rajatabla para realizar inversiones prudentes pero que nos permitan obtener unos resultados por encima de la media del mercado.

Con lo ocurrido en Gowex es un buen momento para que te exponga los principios por los que yo mismo me rijo a la hora de seleccionar acciones para mi cartera de inversión personal. Tengo que reconocer que las acciones no son mi principal producto de inversión, debido fundamentalmente a su elevado coste y su mala fiscalidad (aquí me refiero a España), por lo que mi principal producto de inversión son los ETF y algún que otro fondo de inversión. Sin embargo sí es cierto que, aunque pocas,  tengo algún pequeño paquete de acciones. Los elementos que considero de obligado cumplimiento para que las acciones de una determinada compañía formen parte de mi cartera personal son las siguientes:

–          Número total de acciones:  El número total de acciones que tiene una empresa es muy importante, ya que cuanto mayor sea el número de acciones que posee la empresa en bolsa menores son las posibilidades de que no exista contrapartida cuando queramos vender nuestro paquete de acciones. En el caso de Gowex, la empresa era lo que comúnmente se conoce como un chicharro, una empresa con muy pocas acciones en el mercado, lo que hace que puedan existir problemas a la hora de deshacernos de las acciones cuando lo consideremos oportuno.


–          Free float: El free float o capital circulante es el número de acciones que circula libremente en el mercado. Que una empresa tenga un número muy grande de acciones, no significa que todas ellas se negocien en el mercado. Por norma general, un volumen importante de las acciones de una compañía se encuentran en posesión de las denominadas manos fuertes, accionistas que poseen un elevado número de acciones que mantienen durante prolongados periodos de tiempo. Por lo tanto, a la hora de invertir, una de las condiciones que exijo a la empresa de turno es que al menos cuente con un free float del 25%, es decir, que al menos el 25% del total de las acciones coticen libremente en el mercado, ya que eso garantiza que los directivos o las manos fuertes no puedan manipular la cotización de las acciones deshaciéndose de un porcentaje importante de ellas.

–          No comprar en el pico: Uno de los principios básicos a la hora de invertir nuestro dinero en bolsa es el de no comprar cuando el valor está en la cresta de la ola. Cuando detectemos un valor que ha subido muchísimo en muy poco tiempo, cuando la compañía lleva a cabo medidas para abaratar el precio de las acciones ( Split) para facilitar la compra de más incautos, cuando en los medios de comunicación especializados nos hagan sentir como tontos por no tener acciones de una determinada compañía… Cuando se den todos esos casos sobre la cotización de un mismo valor, será un claro indicador de que nos encontramos ante un valor burbuja y por lo tanto no se nos pierde nada en él.


–          Negocio Vs. Valor: A la hora de analizar acciones es muy importante no confundir el negocio de la empresa con su valor bursátil. Una compañía puede ser perfecta para trabajar en ella pero puede ser desastrosa como valor a tener en nuestra cartera de acciones. Un ejemplo de esto puede ser la gasísitica rusa Gazprom, una empresa que suministra gas a gran parte de Europa, pero cuyas acciones dejan mucho que desear.

En definitiva, a la hora de seleccionar acciones para invertir nuestro dinero en ellas debemos ser muy estrictos y seguir una serie de pasos como los explicados arriba para garantizar unos mínimos de seguridad en nuestras inversiones. Obviamente si ponemos parte de nuestro dinero en renta variable éste no va a estar seguro (si no fuese así no podríamos aspirar a obtener grandes rentabilidades), pero sí que existen, como acabamos de ver, una serie de condiciones que se deben cumplir para garantizar que podamos corregir nuestra posición en el caso de que nuestra inversión no vaya como hayamos previsto. Lo difícil de todo esto es cumplir con estos requisitos de seguridad, y más en un valor burbuja como fue el caso de Gowex. Estoy seguro de que muchos de los accionistas que han perdido su dinero eran inversores prudentes, que apreciaban su dinero, pero los cantos de sirena y la necesidad de compra generada por la sensación de quedarse fuera hicieron que dejaran de lado toda la prudencia que es necesaria tener cuando nos estamos jugando nuestro dinero, porque las emociones son lo más difícil de controlar en este juego.

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