jueves, 14 de julio de 2016

Cuándo Ajustar La Cartera Pasiva

Hasta el momento, los artículos relacionados con la creación de una cartera de gestión pasiva, he tratado la forma en la que debemos crear nuestra cartera siguiendo la filosofía boglehead y he construido una cartera real cuya rentabilidad iré publicando mes a mes.


Pues una vez tratado este tipo de temas, es hora de hablar de otro aspecto muy importante en la gestión de carteras de inversión, como es el ajuste de éstas. Realizar un ajuste periódico de nuestra cartera es de suma importancia para controlar el riesgo de nuestra inversión. Al crear nuestra cartera distribuimos nuestro capital en unos determinados porcentajes de renta fija y renta variable, porcentajes que cambian con la revalorización de los fondos seleccionados.


Así, en el caso de nuestra cartera pasiva, inicialmente hemos distribuido nuestro capital en un 70% en renta variable y en un 30% en renta fija, y a la vez la renta variable la hemos dividió en un 25% USA, 25% Zona Euro, 10% emergentes y 10% Australia. Pues bien, con la revalorización de los ETF estos porcentajes cambian. Así, si por ejemplo el ETF sobre el mercado americano se revaloriza mucho, ya no supondrá un 25% de nuestra inversión, sino más.
Por lo tanto la propia evolución de nuestra cartera de inversión provoca que ésta aumente el riesgo que hemos asumido inicialmente a la hora de crear nuestra cartera.


¿CUÁNDO AJUSTAR UNA CARTERA PASIVA?


Ante este aumento del riesgo de nuestra cartera de inversión es necesario tomar medidas para que el nivel de riesgo de nuestra cartera retorne a los niveles que habíamos establecido como asumibles a la hora de construirla. Para ello, debemos ajustar, reequilibrar, nuestra cartera de inversión, y la pregunta es ¿cuándo?

Los inversores cortoplacistas, aquellos que buscan obtener rentabilidades superiores a la media asumiendo elevados riesgos, utilizan el análisis técnico para decidir cuándo entrar o salir de una determinada posición. Así, en función de un sistema formado por una serie de indicadores y la evolución del precio, compran y venden de forma automática.

Los inversores que siguen la estrategia value investing, centran su análisis en la calidad de las empresas de las que están pensando en comprar sus acciones. Este tipo de inversores sólo comprarán aquellas acciones de empresas que consideren que están infravaloradas y que por lo tanto puedan tener una revalorización mayor al de resto de compañías, y venderán cuando dichas acciones ya hayan consumido su potencial de revalorización.

Pero ¿cuándo ajustamos una cartera de fondos?, ¿cuándo deberemos corregir el riesgo de nuestra cartera pasiva?



Los boglehead no tienen un único sistema de rebalanceo de carteras, aunque de todos yo me quedo con el más sencillo, que no es otro que el ajuste periódico de la cartera. Con esto se quiere decir que vamos a rebalancear nuestra cartera pasiva de forma sistemática cada período de tiempo determinado.

Así, podemos rebalancear nuestra cartera cada mes, cada trimestre… dependiendo de cómo nos sintamos cómodos. Mi opinión es que reajustemos nuestra cartera de inversión lo menos posible. Hay muchos inversores boglehead que sólo tocan la cartera una vez al año, aunque creo que la forma óptima de tener una cartera pasiva equilibrada es revisándola cada seis meses, buscando un equilibrio entre control de riesgo e impacto fiscal.


¿CÓMO AJUSTAMOS LA CARTERA PASIVA?


Una vez que sabemos que siguiendo una filosofía de inversión a lo boglehead vamos a rebalancear nuestra cartera pasiva cada seis meses, nos queda saber cómo vamos a hacerlo. Exisiten varias formas:

– La forma más sencilla que existe de rebalancear una cartera pasiva es comprando nuevas participaciones de los fondos que tengan un peso menor al establecido previamente en la creación de la cartera. Por ejemplo, si en nuestra cartera la parte de renta fija cae por debajo del 30%, compraríamos más participaciones hasta alcanzar de nuevo dicho porcentaje.

– Ese nuevo dinero puede proceder de nuestro ahorro o puede proceder de la propia cartera. Es decir, podemos retirar dinero de los fondos que más se hayan revalorizado y destinarlos a rebalancear la cartera hasta alcanzar los porcentajes de distribución que hemos establecido a la hora de crear la cartera.




En definitiva, la mejor forma de tener una cartera pasiva como la nuestra controlada es, en mi opinión, revisándola cada seis meses mediante la venta de participaciones de aquellos fondos o ETF que más se hayan revalorizado durante el semestre y comprando participaciones de aquellos fondos o ETF que hayan tenido un peor comportamiento y se encuentren por debajo del peso sobre la cartera que habíamos establecido en un principio.

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